miércoles, 1 de marzo de 2017

Journey


Tenía muchas ganas de jugar a Journey (Thatgamecompany, 2012) desde hacía tiempo, pero por un motivo u otro siempre lo iba posponiendo. Finalmente me decidí un día que tenía toda una tarde sin plan alguno.

Esta reseña será quizá más breve de lo normal, pero Journey es un juego muy corto y que lo mejor que se puede decir de él es: juégalo. Si hay que definirlo de alguna manera, es una aventura minimalista. Unos escasos dibujos explican el movimiento básico del personaje, no hay tutoriales tediosos como los de hoy día, es trabajo del jugador comprender el resto de mecánicas que se van desarrollando en el camino.

Podría decir que Journey es un juego que pide ser jugado con calma, pero no creo que sea lo más adecuado para todo el mundo. Sí que creo recomendable jugarlo entero de una tacada, pero no con un ritmo determinado. La velocidad a la que jueges, deteniéndote a explorar todos los detalles, tratando de encontrar secretos o no, es algo que ha de decidir cada jugador, porque así como le apetezca hacerlo será como mejor vaya a disfrutar de Journey. Sobre todo la primera partida. Eso es lo que recomiendo, luego ya se pueden probar otros métodos, pero el primer viaje debería ser tal y como te pida el cuerpo mientras vas descubriendo su mundo.

Puede resultar algo contradictorio que comente esto aquí, pero algo que sin duda mejoró mi experiencia fue no saber apenas nada del juego; así que si queréis podéis saltar la lectura hasta el siguiente párrafo. No quise leer reseñas más allá de los titulares, y la demo no descubría nada que no me esperase. Gracias a ello, descubrir in situ el curioso sistema online hizo de mi periplo algo más sorprendente y emotivo si cabe. La primera figura que vi pensé que era un pnj y después de observarla un rato e incluso seguirla, pensé "qué raro, voy a seguir con mis cosas, ya veré qué pasa..." Por eso, cuando más adelante ya me lo había figurado (esa forma de comunicación tan escueta y sorprendentemente efectiva), me conmovió pasar toda la fase nevada junto a otro personaje; por el sentimiento de compañerismo tan fuerte que se había generado.

La maravillosa banda sonora casa a la perfección con el aspecto visual del título. Maravillosa porque es excelente, pero también por los sentimientos que evoca. Tanto en los momentos de calma y sosiego como en los momentos de exploración, maduración y liberación. El viaje de Journey cubre un espectro amplísimo de emociones y todo el apartado artístico lo acompaña. El diseño gráfico es sencillo, en cualquier captura se puede ver, pero en las formas y sobre todo en los colores es donde más transmite.

Y no quiero extenderme más, Journey se puede terminar una vez en apenas 2 horas, pero pasearse de nuevo por el mundo, realizar otra vez el viaje, es algo que inevitablemente apetecerá a todo aquel que haya disfrutado con su primera travesía.

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