lunes, 25 de diciembre de 2017

Danganronpa V3 Killing Harmony


Danganronpa V3: Killing Harmony (Spike Chunsoft, 2017) es la última entrega de la saga hasta la fecha. Después de una serie de animación y varios spin-off, nos encontramos con otro título principal del que, personalmente, esperaba más de lo mismo, todo lo bueno y lo malo que me habían ofrecido los anteriores. Poco antes de la salida del juego leí algunas reseñas, porque me estaba planteando comprarlo, y lo pintaban como algo que iba a dividir a los fans. Yo no lo veo así, si te gustaron los anteriores este te va a gustar también (más o menos ya lo decidirá cada cual).

Esta reseña va sin spoilers, ya que es un juego que se puede ver gravemente perjudicado por ellos, que carga varias bazas en la sorpresa, y para personas especialmente sensibles a los spoilers hasta una captura puede serlo... Pero echadle un ojo si dudáis haceros con el juego, y si no habéis entrado en la saga podéis empezar por los anteriores: Danganronpa: Trigger Happy Havoc, Danganronpa 2: Goodbye Despair.

La premisa vuelve a ser la misma: 16 ultimate students se despiertan en un instituto. No recuerdan cómo han llegado allí ni qué están haciendo hasta que Monokuma y los Monokubs (unos secundarios nuevos de Monokuma) les ponen al día: están encerrados y la única forma de salir es cometer un asesinato sin que te descubran. La estructura es también la misma que en los títulos anteriores, por un lado, fases de vida diaria en las que descubrimos el campus (en cada capítulo se van desbloqueando nuevas zonas), podemos hablar con otros personajes para mejorar nuestra relación con ellos y suceden eventos que hacen avanzar la historia. Y por otro lado, las fases más características del juego: los juicios donde a través de testimonios y pruebas descubrimos a la persona culpable del asesinato de turno.

A partir de ahí, los personajes son los que llevan todo el peso narrativo. Me ha parecido que en esta ocasión los personajes llevan la batuta de la trama de manera más firme que en las anteriores; ningún giro me ha resultado forzado o algún personaje extremo en favor de la historia, si no que se desarrolla de manera muy orgánica con sus personalidades y acciones. Aplaudo tambén el ingenio con el que el título juega con las expectativas del jugador que ya conoce la saga (por cierto, recomiendo jugar los otros antes que este). Algo que sí me ha continuado cargando en ocasiones es el humor. Es bastante negro y soez, y algunas bromas son divertidas, pero otras se hacen repetitivas o ni siquiera tienen gracia la primera vez.



Los casos a resolver me han parecido los más sencillos en general de toda la serie, se tratan de una manera en que las pistas me han resultado demasiado obvias en varias ocasiones, y en unos cuantos capítulos se pierde la gracia de los descubrimientos en medio del juicio. Es más, a veces te obliga a dar vueltas a algo que lleva a una revelación para los personajes de la que tú ya te has dado cuenta hace un rato.

No obstante, esto tiene una parte buena, y es que, para mí, en este Danganronpa es en el que los casos están mejor insertados en la trama. No son algo accesorio para entretenerte mientras esperas que la trama avance. La historia se va desarrollando desde buen principio, y todos los personajes tienen su papel y sus motivos. Esto ha hecho que, pese al ritmo lento del juego no se me hiciera pesado, y eso sí me ocurría con Danganronpa 2 (donde algunos capítulos se me hiceron eternos). Esta estructura, a su vez, amplifica el componente dramático del título, por mucho que siga habiendo descargos cómicos, la tensión no decae.


Me sorprende lo que me han llegado a gustar los personajes de esta entrega. Con el primer juego comenté que algunos no quedaban muy trabajados, pero que esto se mejoraba en el segundo, si bien ambos tenían para mí unos cuantos muy memorables. Pues en esta tercera entrega lo han conseguido aún más. Tanto el elenco del segundo como este parecen refritos del primero, que ya era una exhibición de tropos y parodias, pero se desarrollan de una manera que me ha parecido genial. Hay personajes que me gustan y otros que me exasperan, pero en el transcurso de la historia llegas a comprender a todos y ninguno sobra, todos estan muy bien integrados.

No haré spoilers, como he dicho al principio, pero si alguien quiere saltarse este párrafo, es libre de hacerlo, porque dejo entrever cierta información para explicar algo que me parece muy importante. Quizá el aspecto más negativo en cuanto a personajes (y del juego en general) es un evento que sucede al final del primer capítulo: creía que una decisión de diseño era muy acertada hasta que llegué allí y, sinceramente, podría haber sido a la inversa y lo habría disfrutado mucho más.
Esta vez Monokuma tiene 5 esbirros que no pararán de liarnos...

En cuanto a mecánicas, los juicios se desarrollan de una manera muy similar a los anteriores títulos, aunque ahora en la fase de debate, la básica, donde podemos señalar contradicciones de los argumentos del resto presentando pruebas (o mostrarnos de acuerdo del mismo modo), se añade la posibilidad de mentir, cambiando una prueba por la contraria y rebatiendo un argumento. Este es el leitmotiv del juego: las mentiras. Al mismo tiempo que articulan la trama se vuelven una pieza fundamental de la parte más básica de los juicios, y esto es quizá el mayor ejemplo de lo que quiero decir cuando me refiero a que Danganronpa 3 es coherente consigo mismo.

A la complicación del ruido blanco por encima de los testimonios se han añadido unos momentos en los que hablan varios personajes a la vez y hay que conseguir centrarse en el que queremos; estresante y divertido a partes iguales. Las fases rítmicas, con algunas variaciones, siguen siendo el final apoteósico que cede paso al resumen en forma de cómic que hay que ordenar. El juego del ahorcado es ahora algo más entretenido pero sigue sin gustarme demasiado por la barrera del idioma. 

También siguen las fases de discusión uno contra uno, que gracias a la música y un mayor componente de acción me parecen de las que mejor te involucran en la conversación. Igual que los nuevos debates en los que los asistentes se dividen en dos grupos y hay que alinear personajes y argumentos con palabras clave del caso.

El minijuego de surf del Danganronpa 2 ha evolucionado en uno de conducción. Es muy sencillo y a mí me ha resultado algo aburrido, porque además el contenido es bastante accesorio, se supone que sirve para encaucar la corriente de pensamiento de la protagonista, pero en alguna ocasión es un salto muy grande y en su mayoría es demasiado obvio; tendrían que intentar alcanzar un punto intermedio. 


La interfaz me ha gustado especialmente, tanto por el color como por el dinamismo que tiene, sobre todo en los juicios. Como sucedía en los juegos anteriores, estos aspectos gráficos y la banda sonora ayudan muchísimo a darle energía al juego. Gracias a estos elementos el ritmo mayormente pausado de las fases de vida diaria en el instituto se vuelven trepidantes en los juicios. 

El diseño de los personajes sigue muy en la línea de los juegos anteriores, sencillos en líneas generales y con algunos detalles que les proporcionan alguna aprticularidad, pero atractivos al fin y al cabo. No sé si se aprecian mejoras gráficas en las versiones de PC o PS4, pero en PSVita se ve prácticamente como los anteriores. No importa mucho en el juego, pero quizá podría haber tratado de mejorar este aspecto.

No he podido probar mucho el contenido extra que se desbloquea al finalizar el título, pero son un par de minijuegos nuevos: un juego de tablero que recuerda al Itadaki Street, y un dungeon crawler con estética píxel art; el avance de ambos está conectado y puede ser entretendio. Además, al clásico modo libre para completar las historias personales de cada personaje hay una espccie de Love Hotel para llegar a algo más con ellos, aunque no sé bien cómo va. En fin, todo lo que sea un añadido me parece buena idea, ya que nadie te invita a probarlo y si gusta perfecto.



En definitiva, con sus más y sus menos, a mí me ha vuelto a suceder lo mismo que con las otras entregas: coger la consola y no poder parar de jugar. La historia principal dura unas cuarenta horas y a mí no me lo ha parecido para nada. A mi modo de ver es el Danganronpa más coherente consigo mismo y más consistente dentro de su propio universo. Juega con las expectativas de sorpresa del jugador de una manera a veces nada sutil pero sin salirse de su propio tono. Quizá la elaboración de algunos casos de asesinato flaquea, pero esto se compensa por lo que hacen sentir los personajes involucrados, el vaivén de emociones, los giros de la trama y... las mentiras.

En la lucha entre la desesperación y la esperanza aparece un nuevo concepto: la dualidad verdad/mentira; y Danganronpa V3 sabe tocar las teclas para que todo lo que nos explica no se quede sólo en el juego y nos acompañe una vez terminado.

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