martes, 29 de marzo de 2016

Gods will be watching


Gods will be watching (Deconstructeam, 2014) me llamó la atención desde la primera noticia que tuve de él, hace ya bastante tiempo, y ha sido de esos títulos que, instalados en steam, han visto pasar los meses mientras parecía que nunca iba a encontrar el momento para jugar. Curiosamente, ahora que ya lo he terminado tengo que reconocer que no es exactamente lo que me esperaba, pero la sorpresa ha sido para bien sin duda. A grandes rasgos, Gods will be watching es un juego de puzles, difícil y nada compasivo, con una ambientación de ciencia ficción muy interesante.

El estilo gráfico del juego, un pixel art francamente bien llevado, el cursor y la minimalista interfaz sólo desplegada para las conversaciones recuerdan a las aventuras point and click más clásicas; pero el juego se desmarca bastante del tipo de puzles que en ellas solemos encontrar. En Gods will be watching pasaremos el tiempo gestionando recursos, es la forma más sencilla de explicarlo, pero estos recursos son muy variados y excelentemente conseguidos, porque nunca son una excusa para elaborar un enigma, si no que surgen de la situación y la trama. Por ejemplo, cuando estemos abandonados en un planeta con apenas unos visos de escapar, tendremos que cazar, racionar la comida, defendernos de depredadores o trabajar en la vía de escape… Sin perder de vista la moral de nuestro grupo y teniendo en cuenta que realizar cada acción consume tiempo. Tiempo reflejado en turnos, que quede claro, tiempo real tendremos todo el que deseemos para pensar nuestras acciones, y también es importante remarcar que hay ciertas acciones que no consumen turnos. Un gran consejo es inspeccionar todo al inicio de cada pantalla para saber a qué atenerse. 

Uno de los aciertos del juego es la inclusión de varios modos de dificultad, sobre todo porque ésta es importante para el juego. He probado varios, y lo cierto es que sólo lo he completado entero en el modo Puzle. Aun así, reconozco que la dificultad en el título tiene un valor añadido que no se aprecia tanto en otros juegos. Puede ser bastante frustrante, pero causa que las decisiones que tomamos para gestionar las situaciones, si somos más violentos, más blandos, si sacrificamos a gente o no,… tengan más valor debido al esfuerzo que nos ha costado llegar hasta tal o tal otro punto. Porque si fallamos una fase hay que empezarla desde el principio, así que el jugador se planteará si merece la pena volver a jugar 20 o 30 minutos (incluso más) de la misma misión sólo por salvar a alguien que no deseaba que muriera.


Personalmente, empecé en Original y, pese a la frustración, disfruté enormemente al ir reconociendo mis fallos y aciertos de principiante (porque el aprendizaje es básicamente mediante ensayo y error). Si decidí empezar de nuevo en la dificultad Puzle después de eso fue porque preveía que seguirlo en Original, si bien podía reportarme una mayor satisfacción a largo plazo, iba a consumirme demasiado tiempo finalizarlo (y no tenía tanto tiempo disponible para dedicarle…). El DLC sí lo pasé en Original, y no sé si por la práctica de pasar el juego en sí, o porque no es tan complicado, pero lo completé al primer intento.

El juego, a pesar de un prólogo narrativo bastante intrigante, introduce al jugador de lleno en la acción. De pronto estás controlando a Abraham, un miembro de Xenolifer: un grupo terrorista que ha secuestrado un laboratorio donde se está investigando el virus medusea. Tras unos breves diálogos te encuentras teniendo que controlar a los rehenes, los progresos de la extracción de la información del virus (el objetivo del secuestro) y vigilar que los policías que tratan de reduciros no se acerquen demasiado, quizá incluso controlar que tus compañeros no desesperen. Esa es la pauta que seguirá el juego, las fases siempre plantean una situación límite en la que el tiempo va en tu contra, y en las que las propias mecánicas del juego nos harán plantearnos nuestra moralidad en pos de la supervivencia.

La trama se estructura en capítulos, con saltos temporales entre sí, en los que suele haber varias escenas como introducción y conclusión de los mismos envolviendo las fases de juego. Es sobre todo en estas escenas en las que se profundiza más en el trasfondo y la historia del juego, que a grandes rasgos trata de la revolución de Xenolifer contra la Federación Constelar. Esta lucha está cargada de grises, que se nos presentan con pinceladas bastante mínimas pero suficientes para que vayamos reconstruyendo los personajes y el contexto. No hay que olvidar que la mayoría de información la obtendremos de los diálogos de los personajes, por lo que la parcialidad de sus historias siempre estará presente. 


Pero sin duda de lo más interesante de Gods will be watching es el relato que permanece en el fondo de todo el transcurso del juego. Un relato adulto, que se plantea muchas cuestiones y se niega a proporcionar una respuesta, precisamente porque gran parte del tiempo está reconociendo que no hay una única respuesta que dar. Las propias mecánicas lo establecen: las misiones pueden concluir de muy distintas maneras, y el juego sigue adelante sin cambios.

La banda sonora es sencillamente genial. Nunca queda en un segundo plano y tampoco roba el protagonismo a otras características del juego. Complementa muy bien la ambientación y el tono narrativo, sobre todo en aspectos como la tensión, el desasosiego e incluso la esperanza.

Recomiendo mucho el DLC (que es gratuito), llamado “The last chapter”, porque si bien el juego ya tenía un buen final, este capítulo no lo empaña para nada, lo hace incluso un poco más redondo. Y aunque ese… “refinamiento” no era realmente necesario, sí que realza mucho a unos cuantos personajes y también profundiza en algunos otros aspectos de la trama principal y la ambientación. Contiene bastante texto y la misión es entretenida.

Como conclusión, Gods will be watching es sin duda un soplo de aire fresco. No es un juego nada accesible, pero presenta una trama muy interesante, y lo que es mejor aún, las propias mecánicas del juego refuerzan esa trama y todas las implicaciones que se desprenden de ella. Los dioses estarán observando… pero quien se juzgará a sí mismo por las decisiones tomadas será el jugador.

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