lunes, 16 de marzo de 2015

De epifanías y cotidiana realidad


El interés por ver My dinner with Andre me vino de Community, serie muy recomendable en la que la metaficción y la parodia son elementos principales. Un capítulo en concreto (el 2x19) es un homenaje a la película (y también a Pulp Fiction); la premisa me interesó, y está claro que siempre se disfruta más la parodia con el conocimiento del original, sin él no es lo mismo.


En la película se nos presenta a Wallace (Wallace Shawn) como un tipo en un momento no demasiado bueno de su carrera ni de su vida, ya que vive muy atareado y sin mucho éxito. No ha sabido decir que no a la proposición de reencuentro con un viejo amigo, Andre (Andre Gregory), al que no le apetece mucho ver porque le han comentado que desde que ha vuelto de sus viajes se comporta de manera extraña. Sin embargo, a medida que la película avanza, Wallace se irá sintiendo más a gusto con la cena y la conversación. Y la película es simple y llanamente eso, 2 horas de dos hombres cenando y conversando.


La primera mitad es prácticamente un monólogo de Andre, con pequeños sonidos o gestos de Wallace intercalados en él. En su discurso Andre explica, con absoluta pasión, detalles de sus viajes por el mundo, de culturas y formas de vida distintas. Tanto en la interpretación como en el diálogo se percibe el profundo impacto que los hechos narrados han tenido en su persona. De entre las diversas anécdotas que explica se destacan varias vivencias que hoy quizá denominaríamos perfomances, a medio camino entre el teatro y la vida, como una suerte de improvisaciones en unos bosques del centro de Europa. Y es que esta primera parte se dedica principalmente a analizar el teatro como género y al componente teatral que tiene la vida en si misma. Criticando sobre todo el juego de máscaras de nuestro día a día, y reivindicando esas experiencias casi como un acceso a la propia personalidad debajo de dichas máscaras.

Después el filme va tomando forma de diálogo, cuando Wallace va dejando de lado su silencio y gana confianza para expresarse. Son en general intervenciones largas, y al principio incluso no se vinculan del todo entre sí, pero finalmente dan paso a una serie de consideraciones importantes, o el grueso del guión, podríamos decir. No es que el monólogo de Andre sea un mero preámbulo, ya que sus experiencias vehiculan los temas que se tratan posteriormente. Se habla directamente del adocenamiento que produce la vida en las ciudades contemporáneas, del dilema entre una simple existencia o vivir plenamente la vida, de si las casualidades no son en realidad causalidades... y de otros temas se hace sólo alusión, como del temor al vacío, a la muerte o al silencio, la necesidad de sentirnos algo más que nosotros mismos... Pero siempre presentando los temas desde distintos puntos de vista, cuestionando la perspectiva mainstream y también las alternativas planteadas.


Uno de los detalles del filme es el restaurante en sí. Lujo como contraste y sopresa, ya que Andre parece desenvolverse perfectamente en ese ambiente más propio de la ciudad y estilo de vida que parece aborrecer. Risas de fondo que indican que el resto del mundo sigue igual. Ciertos planos que gracias a un espejo permiten ver los rostros de los dos comensales al mismo tiempo. Y los camareros atendiendo la mesa. En especial se enfoca en ocasiones a uno de los empleados del bar, que reacciona ante pequeños sucesos de la mesa, como una seña del rechazo que puede sentir el mundo ante el pensamiento de Andre. 

Lo cierto es que la problemática que plantea la película sigue siendo muy actual, y no es que no haya perdido su fuerza, si no que se podría decir que incluso ha ganado. En la parodia de Community aparece como elemento relativamente importante el móvil, instrumento que seguro estaría destacado en la película si se hubiera hecho hoy día. Porque en el fondo, con una buena cantidad de lirismo y pasión crítica, lo que la película pretende es hacernos reflexionar sobre el avance tecnológico y el atraso humano, las necesidades creadas y las convenciones incuestionables, y el miedo a enfrentarnos a nuestros propios miedos.

*My dinner with Andre se estrenó en 1981, dirigida por Louis Malle, el guión fue escrito por los propios Andre Gregory y Wallace Shawn.

No hay comentarios:

Publicar un comentario